martes, 20 de noviembre de 2012

"El waza y el face"


Fue en un pueblo con mar una tarde después de un “siestazo”, parafraseando a Los Secretos, me dispuse a comprar unas latas de conservas y poco mas en un almacén o Supermercado de mi barrio, si no recuerdo mal eran tres latas. Cuando la dependienta, mas atenta a que sonara una canción en particular que la que sonaba, se dispone a darme la cuenta de mis artículos, entonces me ofrece algo, hombre por fin, no era un adorno, era “Vendedora” me dice que si quería algo que ya no va en el servicio sino que hay que pagarlo, Una bolsa de plástico. 
No es solo gastronomía sobre lo que hablo en esta nota, sino mas bien de hostelería, aunque mas que hostelería, aplicable a todo lo que tiene que ver un poco, y no tan poco con el sector servicio. 

Me de tristeza que cada dia mas y no poco a poco, sino a pasos agigantados la hostelería, metiéndonos todos, dejamos de prestar cada dia más servicios. Es una pena que solo ocupemos nuestro tiempo en saitsfacer nuestras necesidades de venta, en vez de satisfacer las necesidades de los que nos mantienen o incluso, aunque quede grosero, nos den de comer. 

Es cada vez mas común estar tan tranquilos esperando la llegada de un camarero, o alguien relacionado con el sector servicios, como decíamos anteriormente, que nos digan mientras no sueltan su móvil, de ultima generación, el típico…”Voy, voy” y nosotros esperando. ¡Triste! Es cada día mas normal, esperar que nuestro dependiente termine de examinar su “waza”, antes o durante esta atendiéndome. ¡Triste! Es un natural que mientras estamos delante y aun no habiendo terminado no pare, y no pare de hablar y hablar por teléfono, o enviando una foto al “face” o…¡Triste no tristísimo! 
Es cada día mas normal acostumbrarnos a conocer personas de nuestra ciudad pensando que sus negocios llevan tantos años abiertos en el Puerto, que tengamos que asistir a ellos por este triste motivo, sin hacer nada, de nada por mostrarnos porque visitarlos.

Amigos, todos, camareros, camareras, dependientes, dependientas, o cualquiera que nos ocupemos en ofrecer a otros algún servicio, atendamos a la situación, debemos de tener pasión, ganas, deseos, voluntad, de VENDER, lo que nos pida el cliente, ofrecer justo lo que necesita aquel por el que nos mantenemos abiertos. Recordemos no son los clientes los que tienen que venir a nosotros, somos nosotros los que debemos crear en estos, nosotros tenemos que estar cerca suya para que en cuanto suceda esa necesidad se acuerde de nosotros. 

De nuevo me siento triste, porque en lo poco que conozca, y cada dia menos, muchos no están dispuestos a moverse para que se les vea, piensan que quietos, como llevan haciéndolo por largos años, saldrán adelante, sinceramente, si es asi, bien por ellos, pero yo sigo pensando que moviéndose aunque también pasemos dificultades, el tiempo, el tiempo pasa mas rápido.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Que facil es hacer las cosas bien


Fue hace pocas semanas, estaba por la zona de la carretera de Sanlúcar en mi Puerto, y en eso que alrededor de las once, de la mañana hoy una voz fuerte desde el estómago mío decir, “dame algo de comer por favor”. Tenía que satisfacer este miembro el cual desde el café de temprano no veía nada. En esto que me dispongo a entrar en una de las ventas de la zona la cual conocía de referencia pero realmente poco. Pedimos mis compañeros y yo un café y alguna de estas tostadas que veía rular por la barra de esta venta.

 Pan de Campo con aceite y tomate con saborcito a un sabor típico español como es el ajo, todo esto servía como cama a un jamón que después de haberlo pasado ligeramente por el tostador sabia a gloria, aun mas esta venia ya cortada, solo había que coger cada trocito y a la boca. Increíble, impresionante, no solo saciaba esta hambre de media mañana sino más y mejor aún estaba disfrutando con un delicioso manjar, el cual disfrutaba con cada uno de los bocados. Después de comentarlo con algunos de mis amigos a los cuales recomendé el lugar, estos opinaban igual que un servidor.

 Sinceramente porque eran las once y estaba con un café pero dicho manjar lo tomas a las 13, o en algún otro momento con un vino o cerveza bien fresquita, y le llaman “Tostá” y es igual, sabe tan bien, en no pocos lugares de nuestra zona hacen esto y te cobran hasta el tripe de el precio de esta tostada en una venta.
Por qué cuento todo esto, resulta que con muy pocos ingredientes se puede saciar hasta el más voraz de los estómagos, cualquiera en nuestra casa puede hacer algo así y disfrutar de la gastronomía desde temprano, no es tan difícil. Lejos quedan estos lugares donde el pan sabe más que a pan a chicle o más bien donde para prepararte la tostada solo falta que te den un bisturí de lo complicado que te lo pone. Es más sencillo de lo que parece, solo hay que querer hacer las cosas bien y buscar maneras de matar el hambre nuestra o bien de aquel que es por el que sobrevivimos nuestro cliente.

 

Fíjate en nuestros supermercados hoy día encontramos latas y envasados los cuales por muy poco y en muy poco tiempo haces en tu casa y disfrutas de la cocina. Es muy fácil hacer las cosas como Dios manda, en la cocina también, un ajo, una cebollita, ya tienes la mejor de las bases para casi cualquier cosa, y si a eso le agregamos un pimiento o bien un tomatito, incluso un puerro o algo por ahí en el último cajón de la nevera que no nos durara mucho más tiempo, y conseguimos “Magia”. No lo dudes hacer las cosas bien cuesta poco tiempo y dinero, no permitas que todo te lo den hecho, disfruta en ese rincón de tu casa que sirve para hacer feliz a todos los demás, a saber, tú cocina.