Pocas cosas me gustan más en la vida, que un “Güen Plato de
Papas con chocos”, ahí “omaita” pero que me gustan. Sea verano, invierno,
primavera y lo que sea, “las papas con chocos al poder”.
A mí personalmente me gustan con las papas enteras, que en
el plato se vean bien las papas y los buenos trozos de chocos, que se vea bien ese colorcito entre amarillo y un
poco anaranjado que le da su buen toque de azafrán. Me gusta con el olor que le
dan las especies, que le da sobre todo el orégano. Llegar a mi casa después de
una mañanita de estas de órdago, de trabajo acalorante hasta el mas no poder, y
ese olorcito que da el orégano cuando estas terminando, me hace ver la vida de
otra manera, me hace ver el momento de la comida como lo que es especial,
sinceramente, me hace ver el resto del día con otra visión.
A mi mujer, mira tu, le gusta partir las papas, con el
tenedor, estruja esas papas, y se las come como si fuese una papilla, pero, que
papilla.
Me gustan los trozos de chocos grandes, bien grandes, que yo
tenga que masticar, el tan preciado material de alimentación que tanto me
gusta.
Acompañado, claro, la mejor compañía es la de mis hijas y la
de mi querida mujercita que tanto hizo por agradarme con este manjar.
Acompañado, con una buena cerveza, muy, pero que muy fría, congelada, con uno
de esos vasos que guardo en el congelador.
Disfruta de lo que tienes, no lo que no tienes.