Sinceramente, que me gusta también la carne en todas sus
versiones, de pollo, como no, de cerdo, de ternera, de cordero, de conejo. ¿Qué
buena esta la carne?
Y es que quien le puede hacer asco a uno de esos cortes de
la ternera, preparada en su punto, o incluso un poco menos, con un poco sal de
la gorda y poco más. Una chuleta de las del guarro a la plancha, o en una
barbacoa, o guisaita con una papas…¡¡¡Que me gusta!!! Y de los pinchitos, bien
aderezados, es decir, con un buen toque de picante. Y como no, con un buen
chorizo amigo, ya me has ganado, y de la butifarra ni te cuento. Tengo que
contar también de su majestad EL Jamón, que a mi personalmente me gusta desde
el de las Jotas hasta el que vende el tendero de mi barrio, en un buen
bocadillo con un tomate restregaito y un toquecillo del olivar…¿Qué me dices?
Recuerdo con mucho cariño esas hamburguesas que me comía de
aquella calle peatonal de El Puerto, las de El Conejo, cuando si la memoria no
me falla fueron las primeras que me vienen a estas, con todos sus avíos, que me
gustaban. Recuerdo que poco después en un lugar cerca de El Convento donde comencé
mi andadura laboral llamado el tomate, las preparábamos de aúpa. Cuanto ha
cambiado la cosa. Hoy día la gente se parte la cara por las lonchas de
hamburguesas, con salsa y poco más, donde se hace publicidad de la carne, pero
lo único que se salva es la salsa, preparada por sicólogos del sabor, los
cuales nos dan no lo que nos gusta, sino lo que nos dicen nuestros sentimientos.
Seguiremos…
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